Francia experimenta por primera vez con uniformes en los colegios públicos
La decisión se adoptó después de una consulta popular en junio, en la cual el 62 % de las familias participantes apoyaron la propuesta
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Provins, ciudad de la región de París, se ha convertido en el primer municipio de la Francia metropolitana que ofrece a sus alumnos de primaria en colegios públicos la posibilidad de acudir a la escuela vestidos con uniformes.
La iniciativa del ayuntamiento de Provins (unos 90 kilómetros al este de París), que implicará a cientos de niños escolarizados en la enseñanza pública, se ha convertido en una medida experimental que genera debate en Francia.
A la vuelta de las vacaciones de dos semanas que tienen en otoño, los escolares se encontraron como novedad la opción de llevar uniformes en el colegio.
La decisión se adoptó después de una consulta popular en junio, en la cual el 62 % de las familias participantes respondieron afirmativamente a la propuesta.
El ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, declaró después de aquel referéndum que es favorable al uso de los uniformes en los colegios públicos, aunque al mismo tiempo dejó la decisión en manos de cada ayuntamiento, al considerar que su imposición nacional desde el Estado sólo perjudicaría a la medida.
El uniforme común no es obligatorio en Provins, pero desde la alcaldía se ha creado un vestuario escolar para la ocasión que las familias han conocido por primera vez hace unos días.
Para el alcalde, el conservador Olivier Lavenka, el experimento tiene como objetivo principal "unir" a los niños y demostrar que son "miembros de una misma comunidad educativa", según afirmó a la emisora "France Info".
El regidor calcula que la mitad de 700 escolares llevarán esta vestimenta que "en nada se trata de algo retrógrado". Lavenka citó los territorios franceses de las Antillas u otros países de Europa, Asia o África como ejemplos donde el uniforme es habitual entre los alumnos.
Los críticos acusan a la iniciativa de ir en contra de los valores de la educación pública y de su diversidad, y lamentan el hecho de que sean las propias familias las encargadas de asumir los gastos (137 euros de media).
Desde el ayuntamiento se avanzó que todas las familias que lo necesiten podrán acudir al Centro de Acción Social (CCAS), que intervendrá en cada caso con el fin de ayudar a las familias humildes que no puedan asumir el coste total del conjunto.
Finalmente, el alcalde prometió que los resultados del experimento serán analizados en los próximos años para conocer mejor el impacto social real y de si éste ha sido o no beneficioso en la educación.