El Gobierno venezolano niega la crisis migratoria

"Un plan perverso y maquiavélico para atentar contra Venezuela y para justificar una intervención", dicen desde el ejecutivo de Maduro

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El Gobierno venezolano ha acelerado la puesta en marcha de los ajustes económicos con los que espera sacar al país de la severa contracción que padece, al tiempo que ha negado la crisis migratoria que sufre la región por causa del masivo desplazamiento de su población hacia países vecinos.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha adelantado que desde el próximo martes regirá en el país un nuevo plan de cobro de la gasolina, aunque no lo ha explicado con detalle. Con todo, el mandatario sí ha revelado que el esquema de cobro será similar al "internacional", y que comenzará en 41 municipios fronterizos.

"El 4 de septiembre arranca en 41 municipios del mapa venezolano a nivel fronterizo el nuevo sistema de cobro de la gasolina a través del carnet de la patria para probar todos los mecanismos (...) y en el transcurso de la próxima semana les diré las formas de subsidio de la gasolina que se aplicarán en fecha por anunciar", ha dicho el mandatario venezolano.

Mediante una transmisión en Facebook ha indicado que en la frontera la gasolina venezolana, la más barata del mundo, costará más de lo que vale en el vecino Colombia, esto como parte de su plan para evitar el contrabando de combustible hacia ese país, que, según Maduro, genera pérdidas de hasta 18.000 millones de dólares al año.

"Les voy a poner la gasolina internacional, es más, anuncio: voy a poner un precio superior a la gasolina de Colombia en toda la frontera, ya basta de que nos roben. Ya basta", ha asegurado.

4 millones de emigrados

Esta crisis económica, que se expresa en desabastecimiento y una hiperinflación que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), cerrará 2018 en 1.000.000 %, han provocado un éxodo de venezolanos que, según el Parlamento, controlado por la oposición, es de al menos 4 millones de personas y hecho saltar alarmas en la región, que ya estudia la manera de afrontar estas movilizaciones.

Pero la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, ha negado este viernes estos datos y, en cambio, ha asegurado que el país lidera, solo detrás de Argentina, la recepción de inmigrantes en Sudamérica. "Venezuela tiene un flujo migratorio que como vimos es uno de los más bajos de la región, el segundo más bajo de Suramérica", dijo la funcionaria tras sostener una reunión con representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Caracas.

Aseguró que todas las acciones tomadas por varios países latinoamericanos ante la reciente llegada de miles de venezolanos constituyen "un plan perverso y maquiavélico para atentar contra Venezuela y para justificar una intervención".

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