López Obrador: su estrategia para acallar a los críticos y no hablar de los verdaderos problemas de México

Con posturas clásicas y evitando cualquier tipo de influencia cultural externa, dirige el país latinoamericano con un control exhaustivo de todo los medios que critican su gestión

López Obrador: su estrategia para acallar a los críticos y no hablar de los verdaderos problemas de México

Javi García

Publicado el - Actualizado

6 min lectura

El presidente de México, López Obrador, se ha convertido en los últimos meses en noticia por las declaraciones que ha hecho respecto a nuestro país. Señalando incluso que España debería pedir perdón por la Conquista de América. En este sentido, López Obrador ha protagonizado diferentes discursos en los que incluso ha acusado de 'soberbia' a los españoles, palabras a las que se han sumado otros dirigentes de Latinoamérica como es el caso de Nicolás Maduro.

Esta inquina de López Obrador con España ha sido analizada por los expertos como una estrategia populista para conseguir una cierta rentabilidad política que deje en un segundo plano los verdaderos problemas de los mexicanos, que siguen viendo como la violencia es la tónica dominante en las calles del país, con casi 40.000 asesinatos el pasado año marcado por la pandemia.

La figura de López Obrador se puede interpretar, utilizando un símil deportivo, como una especie de agente libre, ya que su encuadre ideológico dista mucho de sus actos. Sus posturas y planteamientos de futuro están más centrados en el pasado que en las nuevas vías que se abren gracias a los continuos avances tecnológicos. En COPE.es hemos podido hablar con el periodista escritor mexicano, afincado en España, Mauricio Schwarz, crítico con el Gobierno de López Obrador, que nos ha ayudado a conocer más de cerca la figura del dirigente de México y también a saber más de la realidad social que se vive en las calles del país.

El populismo-nacionalista de López Obrador

"Se nos escapan muchas cosas de López Obrador porque no se le puede encasillar fácilmente en los que esquemas ideológicos que tenemos a mano. Es un hombre que se mueve dentro de la izquierda sin ser de izquierdas, más allá de su narcisismo es un populista-nacionalista. López Obrador es una persona que vive en el pasado, tanto histórico como tecnológico: va en contra de aspectos como las nuevas formas de energía y la ciencia occidental o neoliberal, todo esto le parece que no sirve. Se niega a los avances de la biotecnología diciendo que en el campo se debe volver a trabajar con las manos. Esta idea la defiende como una forma de generar empleo, pero evidentemente la calidad de ese empleo es muy baja".

Sobre la base de esa especie de clasicismo a la hora de defender sus políticas, Mauricio explica que López Obrador rechaza la validez o efectividad del mestizaje: "Al mismo tiempo vive en el pasado histórico de México, y vive en el pasado defendiendo que México es indígena. Rechaza o niega cualquier tipo de mestizaje, tanto cultural como racial. Por ejemplo, en los últimos tiempos se ha descubierto una gran cantidad de genes sefardíes, entre los mexicanos como resultado de la migración de conversos durante el virreinato, pero López Obrador niega el mestizaje aunque tiene un abuelo cántabro. Él siente que la gloria de México es indígena".

Su obsesión porque España pida perdón

En relación con la inquina que López Obrador ha demostrado en las últimas semanas con España, el periodista señala que se trata de una estrategia que tiene como finalidad principal borrar el paso de España por tierras mexicanas: "En cuanto a España, el mensaje que López Obrador quiere defender es que la España de ahora tiene que pedir perdón por lo que hicieron los españoles en el México de la conquista. Por supuesto carece de lógica histórica. Todo esto son sutilezas que forman parte de un discurso muy visceral, muy populista. Muy de nosotros contra ellos".

En cuanto a su papel político, Schwartz señala que se basa en las ocurrencias, y que su actual postura está muy distante del discurso que pronunció durante su etapa de ascenso político: "Durante 18 años López obrador pronunció un discurso con una fuerte vertiente progresista y dirigida a combatir la corrupción de los partidos políticos tradicionales. Pero para alcanzar el poder acabó asociándose con partidos de diferente índole y pasado. Finalmente lo que ha hecho ha sido atrincherarse en un espacio de aplausos de sus incondicionales y de gente que aún espera que López Obrador cambie una realidad de 100 años bastante problemática en México".

"Hay gente que le apoya a muerte y esto se convierte en la trinchera desde la cual ataca a todos los que no están con él. Pero después de tres años su discurso no ha servido para solucionar los problemas de pobreza, violencia e inseguridad que hay en México. No se ha producido absolutamente nada, pero constantemente el presidente alude a que tiene otros datos que lo validan. Es decir, la postura de López Obrador cuando aparecen voces críticas con él es señalar que es mentira y que esas posturas están motivadas a modo de ataque hacia su persona y gestión", ha explicado el periodista sobre las justificaciones o las estrategias que López Obrador utiliza para defender sus políticas.

Su presencia mediática y su rechazo a las voces críticas

En cuanto a su postura mediática, criticada tanto dentro como fuera de las fronteras mexicanas, López Obrador intenta acallar cualquier tipo de oposición en los medios de comunicación, "Lo que ha habido es un ataque directo a los medios de comunicación opositores. Si alguien se horrorizaba del 'Aló presidente' de Hugo Chávez, él habla todos los días a la mañana dos horas de lunes a viernes: lo que se conoce como conferencias mañaneras. Buena parte de esas intervenciones las dedica a atacar a las personas que están en contra suya. Esto pasa con muchos medios de comunicación y también comunicadores. Ante esta situación, nunca se había visto a un presidente dar nombres de periodistas y analizar minuciosamente lo que se dice en una determinada columna o artículo periodístico".

Teniendo en cuenta esta postura, Schwartz explica que ejerce un papel parecido al que representó Donald Trump en Estados Unidos o Bolsonaro en Brasil: "Es un caso cercano al de Donald Trump, al de un populista que mueve a las masas, pero que no tiene más ideología que sus ocurrencias. Es una caso de un verdadero iluminado, ya que tocaba todos los temas que preocupaban a los mexicanos, pero después todo lo lleva a las ocurrencias. Vive en una realidad paralela".

Su obsesión por la pobreza para evitar hablar de la delincuencia en las calles

Por último, el periodista mexicano nos ha explicado cuál es la situación real que se vive en las calles de México, donde la delincuencia y la violencia siguen siendo las tónicas dominantes. En este sentido, Schwartz ha subrayado que López Obrador niega que este sea el principal problema de nuestro país, señalando que la principal lacra de México es la pobreza, germen para él de los otros problemas sociales: "La violencia es el principal problema que se vive en las calles de México. La policía no ha pasado a ser más eficaz, el combate a la delincuencia se ha detenido y la impunidad es brutal, con más de 36.000 asesinatos solo en 2020". En este sentido, López Obrador está convencido que la causa de este clima de violencia es la pobreza. Cree que el combate contra la violencia es acabar con la pobreza, entonces está convencido de que no se puede actuar a través de las armas. De ahí su lema político 'abrazos, no balazos'. Se han negado a usar la legítima fuerza del Estado para controlar la delincuencia, esperando que los programas que luchan contra la pobreza, que son programas inservibles, no por su intención, sino por su operación, acaben diluyendo progresivamente los niveles de violencia, que están al orden del día en México".

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