Los socialdemócratas amenazan con abandonar la gran coalición de Berlín

“Tenemos que reflexionar sobre si nuestro lugar está o no en esta gran coalición”, fue anoche la escueta reacción de la presidenta del Partido Socialdemócrata (SPD), Andrea Nahles, tras conocer los primeros resultados de las elecciones regionales de Hesse. Esa fue la principal consecuencia de los comicios sobre la política alemana a escala federal, que ha vivido esta votación como un referéndum acerca de la gran coalición de Berlín. La directiva del SPD se reunirá en la mañana del lunes para analizar más en detalle los resultado y tomar decisiones. Se espera que presenten a Merkel una serie de exigencias como condición para mantener la gran coalición y que entre ellas figure la dimisión del ministro de Interior, Horst Seehofer. Nahles dejó claro anoche que el castigo en las urnas “no ha sido un castigo al SPD de Hesse, que no ha hecho nada mal, sino un cuestionamiento a lo que el partido está haciendo a escala federal”.

También recibió un duro golpe el partido conservador de la canciller Merkel, que con solo un 28% de los votos pierde 10 puntos porcentuales respecto a la votación de 2013, pero en su con la posibilidad de repetir el gobierno de coalición con Los Verdes. La lectura del partido fue que “el mandato de las urnas es que merece la pena seguir luchando” y que, según dijo el candidato más votado, Volker Bouffier, “el gobierno de Berlín debe seguir pero debe seguir con cambios”. Bouffier es uno de los últimos hombres de confianza que le quedan a Merkel en la CDU. También recibió el apoyo de la presidenta del partido, Annegret Kramp-Karrenbauer, que sugirió una postura abierta a la posibilidad de “cambios”, lo que los analistas leen como disposición a aceptar la dimisión de Seehofer, y felicitando al partido por “haber evitado un gobierno de coalición de izquierdas”, ameanza que también es una realidad en el gobierno de Berlín a medida que los partidos de la gran coalición pierden de forma ya dramática el apoyo de las urnas.

Bouffier anunció que abrirá negociaciones de inmediato para formar gobierno e hizo un primer guiño a Los Verdes, los grandes triunfadores de la noche junto al partido populista de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), que ha vuelto a capitalizar el descontento de los alemanes

con la política migratoria de Berlín y que lograba entrar en el único parlamento regional en que todavía no tenía presencia con el 13% de los votos. “Nosoros no somos una amenaza para Alemania, solamente para los resultados electorales de la CDU”, defendía en la ronda de primeras reacciones uno de sus líderes, Jörg Meuthen.

“Seguramente hemos recibido tantos votos porque nos hemos mostrado como la única fuerza política que hace frente como se debe hacer a AfD”, analizó Tarek Al-Wazir, el carismático candidato regional de Los Verdes, de origen árabe y que acaparará sin duda protagonismo en la formación del nuevo gobierno de Hesse, “porque les plantamos cara con convicción y con argumentos, sin ruido y sin broncas. La inmensa mayoría de los alemanes no quieren populismos de derecha en su gobierno y la forma que tienen de expresar esa negativa es votarnos a nosotros, un partido con principios medioambientales y pacifistas capaz de formar parte de gobiernos y de adoptar responsabilidades de Estado”.