El nuevo Concorde de la NASA despegará en 2023: podrá volar de Madrid a París en media hora

La NASA trabaja, desde hace tiempo, en un proyecto que sustituya al Concorde. El mismo avión que voló de manera hipersónica durante años y años, haciendo viajes desde París hasta Nueva York en 3 horas y media hasta que, por desgracia, tuvo un fatídico accidente en el año 2000, el cuál fue el principio de su fin hasta el 2003.

¿Qué fue el Concorde?

En el pasado mes de noviembre, se cumplieron 41 años de la primera vez que el ser humano fue capaz de desafiar y plantar cara a la velocidad del sonido y hacerlo con uso comercial. Sí, hubo un tiempo en el que viajar por el mundo era sinónimo de hablar de velocidades cósmicas, una época que se detuvo de manera abrupta por una desgracia hace no tanto, solo dos décadas.

Previo a que el Concorde sufriera un accidente fatídico en el aeropuerto Charles de Gaulle en el año 2000, esta aeronave se convirtió en una referencia del lujo y la excepcionalidad, que ni el más temeroso de los cielos querría perderse. Viajar de Nueva York a Londres en apenas tres horas y media fue una realidad pausada en el tiempo que unos pocos lograron disfrutar y que a día de hoy se podría llegar a replantear. Y se replantea de verdad.

Sin radares en el cielo, era capaz de alcanzar los 2.179 km por hora, un ritmo que duplicaba la velocidad del sonido, y hacía que cruzar el Atlántico fuera una experiencia mucho más breve de lo que es en la actualidad. Para que nos hagamos una idea, esa velocidad haría posible recorrer los cuatro puntos cardinales de España (Cabo de Peñas, Tarifa, Cabo de Creus y Finisterre) en poco más de una hora, algo inaudito. Pero que puede volver a ser real.

El proyecto X-59

Este proyecto X-59 busca seguir los pasos del Concorde, pero con varias diferencias. El objetivo: volar de Madrid a París en apenas media hora. Para ello están trabajando de manera conjunta la NASA y Lockheed Martin. Y, desde 2023, se van a poner en marcha las pruebas clave para que este proyecto de avión supersónico salga adelante: las de sonido.

El motivo es que, durante las décadas que surcó los cielos, el Concorde se podía oir a decenas de kilómetros del lugar donde estaba volando. Ahora, en este punto, se trabaja para reducir a 75 o menos decibelios el sonido que se pueda percibir desde los municipios por los que vuele este avión.

Un proyecto que habrá que seguir con atención ya que, al parecer, hay miles de millones de euros invertidos en él.