La ONU advierte de la posibilidad de "un conflicto inminente" en el sur de Libia

Sebha, capital de la región sureña de Fezzan, es escenario desde febrero de 2018 combates intermitentes entre el clan de Awlad al Suleiman y tribus Tebu

World News - November 13, 2018

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El enviado especial de Naciones Unidas para Libia, Ghassan Salamé, ha advertido de la posibilidad de que se desate "de forma inminente" un gran conflicto en el sur de Libia, escenario desde hace meses de combates esporádicos entre milicias y grupos salafistas radicales.

En un comunicado difundo tras su primera visita a la región, el diplomático mostró su preocupación por el amplio despliegue de tropas en la zona e instó a las partes en conflicto a refrenarse y buscar otras soluciones.

"Visité la ciudad de Sebha (capital del sur) la semana pasada y percibido que los habitantes del sur, que representan a diversos grupos étnicos y sensibilidades políticas, tienen un deseo genuino de resolver los problemas que les dividen en busca de un futuro mejor para región", afirmó.

"Eso es precisamente lo que el sur necesita, abordar los problemas apremiantes, los más importantes los relacionados con la seguridad y la cuestión humanitaria", agregó.

Sebha, capital de la región sureña de Fezzan, es escenario desde febrero de 2018 combates intermitentes entre el clan árabe de Awlad al Suleiman y tribus Tebu, que controlan la parte oriental de la frontera sur del país, en los que han muerto una veintena de personas y más de 80 han resultado heridas.

Los Awlad Sulaiman acusa a los Tebu, que tienen relaciones de sangre con clanes en Chad y Níger, de contar con el apoyo de grupos armados provenientes de estos países así como de la región sudanesa de Darfur.

Asentados en las ciudades de Sebha y Kufra, los Tebu sufrieron el desprecio del líder libio Muamar el Gadafi, depuesto en 2011, quien en las décadas de los setenta y los ochenta los utilizó como tropas de asalto en la guerra en Chad.

El martes pasado, fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del este de Libia, anunciaron el inicio de una operación militar para "limpiar el sur del país de yihadistas y criminales".

En una rueda de prensa, el portavoz de la citada fuerza, Ahmad al Mismari, explicó que el objetivo de la misma son los grupos asociados al yihadismo internacional que actúan en esta estratégica región, en la que convergen las fronteras con Argelia, Níger y Chad.

La ofensiva busca eliminar a las bandas, las células del Estado Islámico y al resto de criminales. También las mafias dedicadas al contrabando de personas en el África Subsahariana, un problema internacional", señaló.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a la victoria militar de las diferentes facciones rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

En la actualidad tiene dos focos de poder, uno liderado por el general Hafter en el este del país y otro restringido a Trípoli que dirige el presidente y primer ministro, Fayez al Serraj, al que sostienen la ONU y la Unión Europea.

A ellos se suman el poder de las ciudades estado de Zintán y Misrata, cientos de milicias locales, grupos yihadistas de diferente ideología y numerosas redes de contrabando de personas, combustible, armas e incluso alimentos, que definen y controlan la economía del país.

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