Las opciones de Merz para el Gobierno en Alemania: veta a AfD, ¿será suficiente con socialdemócratas y verdes?
Impulsado por el goteo de atentados, apoyado muy activamente por Donald Trump, Alternativa para Alemania, un partido antieuropeo y prorruso, obtuvo ayer el 20% de los votos
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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El panorama político en Alemania está tomando un giro decisivo tras los recientes comicios en los que el líder de la CDU, Friedrich Merz, parece estar muy cerca de lograr la cancillería, a pesar de las tensiones y los desafíos que enfrenta en su camino hacia la formación de un nuevo gobierno. Impulsado por un contexto de creciente incertidumbre económica, crisis energética, y una fuerte polarización social, Merz ha logrado el respaldo de una significativa parte del electorado, aunque su victoria no ha sido sin complicaciones.
Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha y de ideología anti-europea, anti-extranjeros y pro-ruso, se afianza como una de las principales fuerzas políticas del país, obteniendo un 20% de los votos. Este fenómeno ha sido explicado por la periodista Rosalía Sánchez, de COPE, quien apuntó que AfD se ha visto favorecida por un contexto tenso, marcado por los atentados islamistas y antisemitas, además del apoyo explícito que ha recibido del ex presidente estadounidense, Donald Trump. Sin embargo, a pesar de este auge de la extrema derecha, Merz ha sido rotundo en su rechazo a cualquier alianza con AfD, y ha dejado claro que su primer objetivo será negociar con los socialdemócratas del SPD y los Verdes.
Friedrich Merz, el moderado candidato conservador, ha destacado su compromiso con una gobernanza centrada en la estabilidad económica y la seguridad, aunque con ciertos límites que marcan su postura sobre los temas más delicados. Según su intervención tras los comicios, Merz expresó que, aunque la campaña había sido dura y polarizada, ahora era el momento de hablar y lograr la unidad para formar un gobierno funcional para Alemania.
No obstante, su postura sobre políticas clave, como la migración y la economía, es inflexible. Merz ha dejado claro que no negociará con los partidos en cuestiones fundamentales como las reformas económicas y migratorias, que serán puntos clave en las futuras conversaciones de coalición. En cuanto a la política económica, Merz es firme en su deseo de reformar el Pacto de Estabilidad Europeo para facilitar la deuda pública, algo que podría alinearse con la postura del SPD, aunque se prevé que los Verdes y otras fuerzas minoritarias puedan complicar las negociaciones.
El canciller saliente Olaf Scholz no ha logrado captar la confianza de una parte importante del electorado alemán. Con el Partido Socialdemócrata (SPD) cayendo en las encuestas, pasando de un 25% en 2021 a un 14% en estas elecciones, Scholz ha visto cómo su gestión de la crisis económica y la guerra en Ucrania ha sido severamente cuestionada. A esto se le suma el escándalo del fraude fiscal "cum-ex", que ha vuelto a empañar su imagen a tan solo días de los comicios.
Este escándalo podría complicar aún más su situación, pues, según la revista Stern, Scholz está bajo sospecha de haber mentido en sede parlamentaria, lo que podría tener consecuencias legales significativas. Este desgaste ha sido aprovechado por Merz, quien ha criticado duramente el liderazgo de Scholz, señalando que su gobierno ha sumido a Alemania en una situación insostenible, tanto en lo económico como en lo político.
Con la CDU ganando terreno en las encuestas y AfD atrayendo a una parte importante del electorado, Merz se ve obligado a formar una coalición para asegurar la estabilidad del gobierno. A pesar de sus reticencias hacia los Verdes, la realidad es que los números no dan para una coalición mayoritaria sin su participación. Los socialdemócratas, por su parte, pueden ser una opción viable, ya que hay puntos de acuerdo entre los dos partidos en temas como la reforma del Pacto de Estabilidad Europeo, un aspecto que será clave en las conversaciones post-electorales.
Sin embargo, no todo es sencillo en este escenario. La coalición del "semáforo" (SPD, los Verdes y los Liberales del FDP) ha sido un modelo de gobierno que muchos en la CDU ven con recelo, debido a los compromisos con políticas de austeridad y a la reforma constitucional que proponen los Verdes, que podría chocar con los intereses de la CDU. A pesar de ello, Merz no ha descartado esta opción, aunque sigue apostando por una alianza con los socialdemócratas.
A pesar del rechazo explícito de Merz a incluir a AfD en cualquier futura coalición, el auge de esta formación es innegable. Con un 20% de apoyo popular, AfD se ha consolidado como una fuerza política de primer orden, cuya agenda anti-inmigrante y euroescéptica sigue calando en un sector del electorado alemán que se siente desatendido por las instituciones tradicionales.
Sin embargo, el rechazo de Merz a trabajar con AfD también refleja el compromiso de la CDU con valores democráticos que, según él, no pueden ser negociados. En sus declaraciones, Merz dejó claro que el Partido de la Alternativa para Alemania, con sus vínculos oscuros y su retórica extremista, no tiene cabida en un gobierno que defienda los intereses de todos los alemanes.