Gabriela Michetti, vicepresidenta de Argentina

“Para los argentinos, España es especial por historia y tradición”

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

10 min lectura

En 1994 Gabriela Michetti tenía 29 años. Conducía hacia Laprida, su pueblo natal en el sur de la provincia de Buenos Aires y de apenas 10.000 habitantes. La carretera era de ripio. Un relleno de grava que se coloca sobre la tierra compactada simulando un pavimento. En los caminos de ripio, los vehículos tienen menor estabilidad y adherencia que en el asfalto. En un adelantamiento el coche rompió un eje y el choque fue tan tremendo como inevitable. Gabriela, que no llevaba puesto el cinturón de seguridad, salió despedida por el parabrisas del coche. Cuando llegó al hospital de Laprida fue atendida por su padre, Mario Michetti. Un médico clínico y cirujano que fue quien le dio la noticia que se había seccionado las primeras vértebras lumbares y que era una lesión irreparable. Jamás volvería a caminar.

Gabriela cogió las manos de su padre, las mismas manos que en una sala de partos del mismo hospital la había sacado del vientre de su madre, miró fijo a los ojos inundados de aquel hombre y le dijo: “Vos no te preocupés, que yo voy a ser feliz igual en una silla de ruedas”.

Gabriela Michetti se define creyente y asegura que la religión católica resultó ser un gran sostén en los peores momentos. Su psicología ha sido clave en el proceso mental de recuperación. “Todo depende de cómo te posiciones frente a la silla”, dijo en plena rehabilitación.

La hora de la política

Michetti llegó a la política de la mano de Mauricio Macri en 2003. Fue legisladora porteña, Diputada, Senadora y Vice Jefa de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando Macri abandonó la Jefatura porteña para lanzarse de lleno a la política nacional, Gaby, como le dicen propios y extraños, sintió que era su momento. Que sería la sucesora natural de Macri al frente de la Ciudad más importante del país. “Me presenté a la interna con todos los números a mi favor porque estaba convencida que era lo mejor para el proyecto del partido. Yo estaba mucho mejor posicionada que Horacio (Rodríguez Larreta, el actual alcalde), incluso tenia muchísima más intención de votos que él. Los sondeos decían que estaba en condiciones de ganar en primera vuelta. Me interesaba hacer una jefatura de gobierno que fuera complementaria a lo que veníamos haciendo con Mauricio. Una continuidad de sus dos gestiones al frente de la Ciudad".

- PREGUNTA. Pero su decisión de ser candidata enfadó a Macri…

- RESPUESTA. Más que enfadarse dijo “por qué sos tan terca y no te das cuenta que yo te necesito en otro lado. Que me interesa que en la ciudad esté otra persona”. Pero nunca estuvimos distanciados como se dijo en algún momento. Ni siquiera en el momento más álgido de la competencia cuando Mauricio decidió apoyar a viva voz a Horacio. Ese momento realmente fue un ejercicio de democracia real que en Argentina hacía mucha falta. Si bien hubo tensiones y lo típico de la competencia, Macril nunca estuvo enfadado conmigo. Cuando perdí la interna subí al escenario y di un discurso muy sincero. Profundo. Pero Mauricio se levantó y se marchó muy rápido. Estaba muy afectado, me dijeron. Supongo que llegó a pensar que yo quería ser jefa de gobierno y no lo había logrado. Alguien le escuchó decir que “Gaby ahora no puede tener lo que quiso tener”. Supongo que fue un momento de empatía conmigo. La relación de hoy demuestra que no existe ningún distanciamiento. De hecho lo demuestra nuestro trabajo en equipo y sobre todo teniendo en cuenta que desde hace décadas que un vicepresidente en Argentina no acompaña la gestión del presidente.

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- P. Los argentinos han vivido durante años, los que algunos han llamado, “la maldición de los vicepresidentes”. Renuncias, relaciones traumáticas, denuncias por corrupción, o directamente haber sido marginados por los propios presidentes de la República…

- R. Nunca pensé que podía pasar eso con Mauricio porque tengo enorme confianza en nuestra relación en sí misma. Lo que rondaba en mi cabeza era que la vicepresidencia fuera una institución que también le hace bien a la ciudadanía. Que colabora estrechamente en el plan de gobierno de manera muy cercana a cada ministro y a cada representante. Que esté en reuniones de coordinación diaria, junto al presidente y el jefe de gabinete. Eso es una realidad. Está pasando. (NdelaR: en Argentina el vicepresidente es, según establece la constitución, el Presidente del Senado). Pero debo reconocer que quizá tenía cierto temor o cierta tensión ya que mis antecesores nunca pudieron hacer algo contundentes en términos de beneficios a la gente. Pero a la luz de la realidad veo que estamos poniendo la vara de la vicepresidencia muy alta.

- P. De hecho, fue Ud. la primera vicepresidente argentina en hablar en la Asamblea Anual de la ONU. ¿Sintió que allí se había roto el “maleficio”?

- R. Lo pensé. Cuando Mauricio me dijo que no iba a ir a la reunión de las Naciones Unidas y que se sentía cómodo en que yo lo reemplace y pronuncie el discurso. Fue en ese momento que sentí que había un verdadero equipo entre nosotros, además del equipo grande, claro. El y yo somos un equipo. Delegar a tu vicepresidente la representación de Argentina en la asamblea anual de la ONU, fue muy emocionante. Era estar en ese lugar que es “el mundo” para representar a mi país. Recuerdo que en el momento de comenzar a hablar sentí una sensación que nunca había vivido. Me temblaba el alma. Fue impresionante.

- P. ¿Fue la primera vez que sintió que representaba verdaderamente a su País?

- R. Recuerdo que había mucha gente. La situación era muy especial. Había presidentes de todo el mundo. De países desarrollados a los que les va realmente bien, ¡y se habían quedado a escuchar todo mi discurso!. Era un desafió porque debía plantear hacia donde debía ir la Argentina. Cuáles estaban siendo los cambios que la sociedad había decidido hacer a pesar de los sacrificios y llevarlos adelante para sostenerlos. La Argentina ha vivido un salto cualitativo. Una gran mayoría de la ciudadanía que dice “yo no quiero seguir viviendo sin poder explicar porque nos pasan las cosas que nos pasan teniendo el país que tenemos”. Ahora le mostramos al mundo que estamos aprovechando nuestro potencial, y que será un cambio enorme en esta perspectiva de desarrollo sostenido.

- P. ¿Cuándo convirtieron en creíble el discurso que Argentina ya no era parte de esa corriente “Socialista” que unía Nicaragua, Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina misma?

- R. En principio me hubiera gustado que fuera una línea socialista. Pero ni siquiera lo fue. Con un socialista de convicciones que cree en un socialismo moderno se puede conversar e incluso ponerse de acuerdo en muchos temas. Hay muchos puntos intermedios. El problema era que esto fue puro populismo, socialismo de campaña, solo de palabra. El problema es que cuando pasa eso el drama que deja un gobierno así (se refiere al gobierno de Kirchnerista), cuando el dinero se acaba, es terrible. Porque generó un expectativa de calidad de vida, a la que nunca se llegó, o situación de vida que no se condice con la realidad argentina en términos de generación de riqueza. Sin dejar de lado que todo estuvo estrechamente ligado a una corrupción sin precedentes.

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- P. En pocas horas llega el presidente Mariano Rajoy en su primera visita oficial a la Argentina. Hay temas como el Acuerdo Unión Europea-Mercosur y sobre todo comerciales que están empantanados…

- R. Lo que es extraordinario es que Argentina está pudiendo tener este tipo de reuniones. Sobre todo porque para nosotros el Presidente del Gobierno Español es muy especial. España es especial. Los Reyes tienen algo especial para los argentinos. Por historia y tradición. Que venga el Presidente del Gobierno a nuestro país es muy importante. Que haya un gran entendimiento entre Mariano Rajoy y Mauricio Macri y que puedan darle un gran impulso y dinamismo al acuerdo entre la UE y el Mercosur también es extraordinario. Porque hay que sacarse de encima estos fantasmas de que la competencia es mala.

- P. La corrupción política, la inseguridad jurídica, incluso la extorsión sindical, ha sido motivo de espanto para la llegada de capitales extranjeros ¿Cuál es el panorama que presenta hoy Argentina, no solo al presidente Rajoy, sino también a los 60 empresarios españoles que lo acompañan? ¿Qué van a responder cuando les pregunten cómo está Argentina para recibir inversiones?

- R. Vamos a contestar que Argentina está dando muestras claras, no solo desde el gobierno con sus medidas, sino también desde la sociedad con el apoyo a esta administración. Les diremos que hemos decidido tomar un camino que este país hace décadas no tenía ni siquiera como posibilidad. Que es el camino de lo NO demagogia, del NO populismo, el camino donde se dice la verdad y los indicadores reales están sobre la mesa y desde ese punto de partida encontrar lugares comunes con la oposición y con los distintos sectores para crear mesas de diálogo, hasta hace unos años inexistentes. En fin el panorama ha cambiado totalmente. Incluso con los empresarios extranjeros, con los presidente de otros países. Con esto se va armando un camino y una plataforma para la llegada de inversiones que es muy diferente a la que Argentina presentaba hace 2 años.

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- P. Pero la fotografía que viaja al exterior es la de un país convulsionado, con una justicia que libera corruptos…

- R. Es verdad que hay signos contradictorios. Pero lo cierto es que todas las causas están siguiendo su curso. Aún existen estos pequeños juegos a los que la política está acostumbrada a hacer con la justicia. Hay personas que son parte del viejo sistema y que se mueven como si todavía pudieran manejarse así. Pero hay una mayoría que rechaza e incluso denuncia esas viejas manera, y eso es lo esperanzador. Hay gente de todos los estamentos que dice ¡basta!. ¡Esto no ha dado resultado!. Ahora queremos jueces que juzguen bien y rápido. Que las cosas se hagan como se deben hacer. Hoy los focos en la justicia están muy bien puestos y deberá trabajar como corresponde. El poder legislativo ha mejorado mucho en su accionar, lo mismo sucede con el Ejecutivo, ahora es el turno del Poder Judicial. Son los pasos del proceso. Pensemos que llevamos apenas dos años de cambios sobre décadas de demagogia y populismos.

- P. ¿ Se consideran un Gobierno de transición entre dos Gobiernos Peronistas?

- R. Para nada. Consideramos que este Gobierno tiene que hacer los cambios necesarios para que Argentina sea un país, por fin, como Australia que lleva 25 años de crecimiento sostenido y ninguno en el que se haya caído o estancado. Este país tiene ese potencial e iremos creciendo de a poco cada año. Tal vez no a tasas enormes, porque resultan peligrosas, pero si a tasas razonables.

- P. Estando en México Ud. y la Reina Letizia acordaron llevar adelante una Cumbre de mujeres líderes en paralel al G20 que este años se llevara a cabo en Argentina…

- R. La idea es aprovechar el G20 con la llegada de líderes de todo el mundo que vienen con la idea de ver si este proyecto de Gobierno está en el buen camino. Me interesa que las mujeres que tienen influencia con su palabra, vengan a la argentina para dar una respuesta al mundo acerca de una pregunta fundamental: ¿qué podemos agregar?, ¿qué podemos ofrecer a la ciudadanía?, ¿qué podemos transformar y mejorar, poniendo en juego lo femenino?. Sin masculinizarnos. En el rol de la mujer. De qué se trata lo femenino y entonces podemos ponerlo en juego. ¿Y qué pasaría en la sociedad si lo ponemos en juego? Son interrogantes extraordinarios para hacernos ahora, en el siglo XXI con todas las condiciones que se están dando en el mundo para transformar cosas en pos de lograr más paz, menos conflictos y menos violencia…el apoyo de la Reina Letizia ha sido fundamental para coordinar y llevar adelante esa Cumbre de Mujeres.

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