Pete Buttigieg: un alcalde en la Casa Blanca
Así es el candidato que ha dado la sorpresa en los caucus de Iowa del Partido Demócrata
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Pete Buttigieg - 38 años de edad, hijo de un inmigrante maltés- es el candidato demócrata más joven que aspira a enfrentarse a Donald Trump en las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre. Virtual ganador de los desastrosos caucus de Iowa, Pete -o el alcalde Pete, como se le conoce popularmente para evitar la difícil pronunciación de su apellido- fue alcalde de la localidad de South Bend, de unos 100.000 habitantes, en el estado de Indiana hasta el pasado mes de enero. Ocupó la alcaldía en 2012. En la campaña de reelección en 2015 hizo pública su homosexualidad y fue reelegido con el 80% de los votos. Exalumno de la prestigiosa Universidad de Harvard, como oficial de inteligencia naval estuvo desplegado en la Guerra de Afganistán y, después, trabajó en una firma de inversiones. Habla varios idiomas –entre ellos el español- y es la primera sorpresa de las primarias demócratas.
Una sorpresa de alguna manera bien buscada, pues todos los analistas coinciden en que su campaña en Iowa fue la mejor, tanto por su mensaje como por su planificación. Buttigieg tenía claro que necesitaba el empujón de Iowa para llegar con vida a las próximas citas electorales, la más próxima el martes 11 de febrero en el estado de New Hampshire.
Como muchos de sus contrincantes en la carrera electoral por la nominación demócrata –salvo el exvicepresidente Joe Biden-, el alcalde Pete tiene el gran impedimento de ser prácticamente desconocido entre la población que no es blanca. Además, pesa lo que él mismo califica como su gran error como alcalde: la destitución del primer jefe de policía negro de su ciudad y su posterior negativa a reinstaurarlo en su puesto.
Pete Buttigieg apoyó el proceso político contra el presidente Trump, aunque reconoció que prefería que fueran las urnas y no el Congreso quien acabara con la carrera política del actual presidente.
En su programa electoral destaca el rechazo a la pena de muerte, el apoyo a la retirada de las fuerzas militares de Afganistán, así como la no intervención militar en Venezuela, apostando por unas elecciones libres.
Se muestra partidario de la legalización de la marihuana y del aborto. En el gran debate sobre la sanidad en los Estados Unidos, está muy lejos de las propuestas de los senadores Sanders y Warren, que pretenden ampliar las coberturas financiadas con dinero público.