Acertada decisión del juez Llarena

El juez Pablo Llarena ha tomado la decisión adecuada al rechazar la extradición de Carles Puigdemont solo por delito de malversación de fondos públicos, tal como ha establecido la corte alemana de Schleswig-Holstein. La gravedad de lo ocurrido en Cataluña exige que los responsables del intento golpe de Estado sean juzgados por los delitos que cometieron y no por las interpretaciones de un tribunal alemán que se ha excedido de sus competencias.

En el auto el juez Llarena no solo desmonta uno a uno los falaces argumentos del tribunal alemán con una narración minuciosa y contextualizada del proceso de subversión del orden constitucional español, sino que deslegitima la actuación de los jueces germanos por el hecho de haber prejuzgado la causa y haberse excedido de sus funciones, lo que pone en entredicho el mecanismo de cooperación judicial de la euroorden. Con su actuación, los jueces alemanes han dinamitado los principios de confianza y cooperación judicial en Europa.

Pero lo que también sorprende en este proceso es la actitud del gobierno de Pedro Sánchez que considera que la decisión judicial alemana no pone en entredicho la euroorden, en abierta contradicción con lo expresado por el Juez Llarena. En vez de ratificar la doctrina del Tribunal Supremo español, el gobierno socialista hace el juego, en la práctica, a un independentismo que está en permanente campaña contra la justicia española.