No afecta a la cuestión de fondo

Carles Puigdemont ha salido de la cárcel en Alemania. Estaba en prisión preventiva y la Audiencia de Schleswig-Holstein, al tiempo que decidía que no sería entregado a la justicia española por delito de rebelión, establecía esta puesta en libertad con medidas cautelares. Ni el ingreso en prisión hace unos días, ni su puesta en libertad, supone una decisión sobre la cuestión de fondo. Como tampoco lo es la negativa a extraditarlo acusado por rebelión. Los promotores del independentismo quieren vender esta salida de la cárcel como un triunfo de sus postulados, pero Alemania no ha reconocido ningún derecho de secesión.

Pero hay que reconocer que la decisión del tribunal alemán supone una cierta desautorización del argumento de la acusación del juez Pablo Llarena, que ha sostenido en diferentes autos que hubo una responsabilidad de los promotores de la independencia en la violencia que se produjo. Los alemanes consideran a Puigdemont responsable de actos violentos, pero estiman que la violencia no tiene tal grado que quepa en el tipo penal de alta traición, el equivalente a rebelión. El propio juez Llarena ha admitido que es discutible su interpretación y la atribución de un comportamiento rebelde. La solución del conflicto creado por los independentistas no depende solo de una hipotética condena por un delito de rebelión, y la decisión de los jueces alemanes tiene la virtualidad de recordarnos esta evidencia.