Censura que conduce a la incertidumbre

Como se preveía, la pinza oportunista entre la izquierda francesa y el partido de Marie Le Pen ha provocado la caída del gobierno de Michel Barnier. Francia se enfrenta a una tormenta que desestabiliza a uno de los motores de la Unión Europea. Si a esta situación sumamos que Alemania, el otro gran motor de Europa, se encuentra en un agitado período preelectoral tras la ruptura del gobierno de coalición de Olaf Scholz, el horizonte de un proyecto europeo se tambalea.

Michel Barnier, experimentado político de las filas de Los Republicanos, fue el designado por el presidente Macron para pilotar un gobierno prendido con alfileres y dependiente de las estrategias de la izquierda y de Le Pen. Ahora, Barnier se ha convertido en el primer ministro más breve de la V República. Con su caída mediante una moción de censura puede llegar incluso a arrastrar a Macron, una doble victoria deseada, por motivos distintos, tanto por la líder de Reagrupamiento Nacional, Marie Le Pen, como por el de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.

La situación económica y social de Francia empeora, con una deuda disparada y sectores sociales, como agricultores, pensionistas y funcionarios, dispuestos a continuar la batalla en la calle. El tejido institucional se deteriora ante el fracaso del proyecto centrista de Macron y la presión de los extremos. ¿Cuál será el juicio de la sociedad francesa? Según las encuestas, un 70% rechazaba la censura de Barnier. La V República se asoma al abismo mientras los partidos juegan al tacticismo. Quizás ninguno salga indemne de esta tormenta.