Cincuenta años de una encíclica discutida y profética
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Esta semana se cumplen cincuenta años desde que el Papa Pablo VI hiciera pública su encíclica más discutida, la Humanae Vitae, un texto al que la prensa de entonces bautizó como la Encíclica de la píldora anticonceptiva. En un momento en el que se consolidaban las bases de la intervención de la ciencia en los procesos de fecundidad humana, en el que se asentaba la revolución sexual por la euforia del mayo del sesenta y ocho, el Papa Pablo VI puso sobre la mesa una propuesta de compresión antropológica integral del amor y del sentido de la fecundidad humana. El debate sobre la población y sobre la capacidad de los poderes de intervenir en el problema demográfico con las políticas antinatalistas tuvo una adecuada respuesta en ese texto basado en la defensa integral de la dignidad humana.
El Papa Francisco ha señalado en reiteradas ocasiones que con la Humanae Vitae, el Papa Pablo VI fue un pastor valiente, profético y misericordioso que no se dejó llevar por el clima de opinión dominante y propuso la alternativa de un Evangelio de la vida como don de Dios. Una vida arraigada en la verdad del ser humano, llamado a vivir en el amor como vocación. La Humanae Vitae puso en el centro de su propuesta el amor en el matrimonio, cooperador libre y responsable con la obra de Dios Creador, e invitó al ejercicio de una paternidad responsable. Pese a que la recepción de la Humanane Vitae no ha sido pacífica, ni dentro ni fuera de la Iglesia, es momento de recuperar el mensaje esencial de ese texto desde la claves ofrecidas por el Papa Francisco en la Amoris Laetitia.