línea editorial 31/12/2024
Condonación de la deuda
2025 va a comenzar con un grave problema de deuda pública internacional. Los abultados pagos de esa deuda obligan a los países pobres a retirar recursos escasos que deberían estar destinados a las prioridades de desarrollo.
Madrid - Publicado el
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2025 va a comenzar con un grave problema de deuda pública internacional. Los abultados pagos de esa deuda obligan a los países pobres a retirar recursos escasos que deberían estar destinados a las prioridades de desarrollo. De este modo la desigualdad en el planeta aumenta. Más aún, porque el financiamiento privado para los países de ingresos bajos se ha evaporado. La nueva deuda emitida por estos países en los mercados internacionales se ha reducido en más de la mitad de 2021 a 2022. Muchos de los acreedores privados han dejado de dar créditos a los países en desarrollo y han recibido en el último año más de 185.000 millones de dólares en intereses.
La deuda externa se ha convertido, como señala el Papa Francisco, en un instrumento de control, a través del cual algunos gobiernos e instituciones financieras privadas de los países más ricos explotan de manera indiscriminada los recursos humanos y naturales de los países más pobres. A esto se añade que estos países se ven obligadas a cargar con el peso de la deuda ecológica de los países más desarrollados. La deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de una misma moneda en la lógica de la de explotación. El Papa, pensando en el Año jubilar que ha iniciado la Iglesia católica, ha invitado a la comunidad internacional a emprender acciones de remisión de la deuda externa, reconociendo la existencia de una deuda ecológica entre el norte y el sur del mundo. Es un llamamiento a la solidaridad, pero sobre todo a la justicia.