Sin decoro

El todavía ministro José Luis Escrivá, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública de España, y ex ministro de Inclusión social, Seguridad Social y Migraciones, va a ser nombrado hoy Gobernador del Banco de España.

Pedro Sánchez ha decidido que varios de sus ministros pasen a encabezar o formar parte de importantes instituciones del Estado que deberían caracterizarse por el rigor y la independencia. La Fiscalía General del Estado, el Tribunal Constitucional, el Consejo de Estado y el Banco de España son las principales. Las instituciones no deberían ser un premio por los servicios prestados, y mucho menos, deben convertirse en una garantía para los intereses del Ejecutivo.

La Ley de Autonomía del Banco de España establece que el Rey, a propuesta del Gobierno, designa al Gobernador del Banco de España entre españoles con reconocidas competencias. En un Estado constitucional, la letra de la ley no se entiende sin su espíritu. 

La despolitización de las altas instituciones del Estado, como el Banco de España, es un principio irrenunciable que exige un cumplimiento tan escrupuloso de la Ley como de los modos políticos propios de una democracia constitucional. Sánchez es una apisonadora que actúa sin decoro alguno y, lo peor, sin contrapesos realmente efectivos. Los principios de transparencia, rendición de cuentas e integridad institucional deben establecer un régimen de incompatibilidades que impida que las tan criticadas puertas giratorias sigan funcionando sin ningún rubor.