Los dramas de la sociedad ecuatoriana
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Madrid - Publicado el
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Daniel Noboa, presidente de Ecuador, se enfrenta a una muy reñida segunda vuelta. El próximo 13 de abril los ecuatorianos decantarán una balanza que marcará la continuidad o el regreso del “Correísmo”. Noboa no se ha dormido en los laureles a la hora de enfrentar los próximos meses y ha remodelado su Gabinete, al tiempo que ha hecho cambios en el Instituto Nacional de Estadística. Luchar contra el desempleo es uno de sus principales objetivos en un país en el que ocho de cada diez jóvenes están desempleados, con una tasa de subempleo del 29,3% y una brecha académica que afecta de manera alarmante a las mujeres y las comunidades indígenas. El otro gran problema es la lucha contra el narcotráfico. En 2016, Ecuador era el segundo país más seguro de la zona. Hoy es uno de los más peligrosos del continente. La detención, hoy mismo, de dos capos del narco y el decomiso de 8 toneladas de cocaína, lo que supone alrededor de 78 millones de dosis, es solo una muestra de cómo el crimen organizado ha ocupado suelo ecuatoriano.
Solo en 2024, Ecuador ha registrado más de 6.954 homicidios. Noboa y su Gobierno han optado por aumentar la presión militar y policial, así como usar las medidas excepcionales que la Constitución permite. Sin embargo, Ecuador, como otros países de la zona en los que el narco campa a sus anchas, sigue sin abordar los cambios estructurales que son imprescindible para evitar que el Estado acabe convirtiéndose en fallido. Sin una lucha implacable contra la corrupción, el fortalecimiento del Estado de Derecho y la mejora de las condiciones de empleo, poco o nada podrá hacerse.