La economía de las cifras y la economía de la gente

Con el comienzo del año el IVA sube al 4 por ciento en el caso de la leche, la fruta o el aceite de oliva y al 10 % en productos como la pasta y aceites de semillas. Se encarece así la cesta de la compra. La semana pasada Sánchez nos pintó una España que va muy bien y Feijóo una que va muy mal. Sánchez dijo el lunes pasado que la economía española tiene una evolución sobresaliente. Estamos creando más empleo que Italia y Alemania juntos. En el mercado laboral hay 21,3 millones de afiliados a la Seguridad Social. Ha habido subidas del salario mínimo e incremento de las pensiones.

Feijóo señaló que lo que cuenta no son las grandes cifras, sino la percepción que tiene la gente: somos más pobres, debemos más y pagamos más impuestos. ¿Quién de los dos lleva razón? Desde que salimos del COVID en 2022 la economía española va bien, pero lleva razón también Feijóo en una cosa: esas grandes cifras no son percibidas como una mejora. El grueso de las clases medias no está mejor: tiene menos poder adquisitivo, la remuneración media por ocupado se sitúa todavía en retroceso con respecto a hace cinco años A ello se une, en el caso de los jóvenes, la dificultad de acceso a la vivienda. La brecha entre los resultados macroeconómicos y la percepción ciudadana es consecuencia de nuestro modelo económico: no crece la productividad.