El futuro de ERC

Oriol Junqueras forzó, hace medio año, la convocatoria de un Congreso de ERC cuando dimitió de su cargo de presidente. Pasado este tiempo, y con un 52% de los votos, Junqueras ha sido reelegido presidente del partido que ha liderado durante 11 años. Su victoria ha sido muy ajustada y su liderazgo no será cómodo. Quizás por eso sus primeros movimientos han sido directos y tajantes. No habrá presupuestos en la Generalitat, ha dicho Junqueras, si no se cumple la totalidad de los acuerdos a los que ERC llegó con Salvador Illa y con Pedro Sánchez. Y para verificar la marcha de estos acuerdos, ha anunciado que creará una comisión que revise su aplicación cada seis meses. Los límites que Junqueras pretende marcar al socialismo, los está marcando también al interior del partido. Los críticos, los afines a Marta Rovira y todos aquellos que en Madrid y Barcelona no apoyaron a Junqueras, corren peligro. El único que parece salir victorioso es Gabriel Rufián, el portavoz parlamentario de ERC en las Cortes y apoyo incondicional para Junqueras.

En esta nueva etapa Junqueras promete mantener lo bueno y renovar lo que sea necesario. Pero lo que parece claro es que con un 52% de los votos debe mantener a la oposición interna debidamente integrada y representada. El liderazgo de Junqueras es débil y ERC sigue dividida en dos mitades. La cuestión es cómo sobrevivirá un partido que, con los resultados electorales en la mano, corre el peligro de dejar de ser relevante en Cataluña y en España.