Juegos de números

Siempre se ha dicho que con los datos estadísticos se pueden hacer juegos malabares para presentarlos conforme a los intereses de quienes los difunden. Es el caso del aparente crecimiento del empleo en nuestro país el pasado año, aireado con excesivo triunfalismo por el gobierno. Según las cuentas oficiales elaboradas por el ministerio del Trabajo, durante el año 2022 se generaron 471.000 empleos, debido en parte a la polémica reforma laboral, lo cual podría ser una buena noticia. Ocurre, sin embargo, que esos datos no reflejan la realidad, porque una tercera parte de los empleos generados son de contratos fijos-discontinuos, una categoría que parece especialmente inventada para maquillar el drama del paro.

Por otra parte, diciembre, uno de los meses más activos en la generación de empleo, ha sido el peor en los últimos diez años. En conjunto hay en torno a 2.300.000 personas contratadas con esa modalidad de fijo-discontinuo, sin que el Gobierno informe de cuántos están activos o no. El hecho de que se haya rebasado la cifra de veinte millones de trabajadores que cotizan a la Seguridad Social, incluidos los que trabajan a tiempo parcial, tampoco oculta la realidad de quienes tan solo cotizan de manera temporal. En todo caso, mientras la crisis amenaza a las grandes potencias económicas, es un respiro saber que la economía española se mantiene con cierta solvencia. Sin olvidar que los profundos desequilibrios del déficit y la deuda pública son una grave hipoteca sobre nuestro futuro, y que las cifras del paro siguen siendo un verdadero drama nacional.