El laberinto del Brexit

Por tercera vez en 24 horas la estrategia de Boris Johnson para salir de la Unión Europea el 31 de octubre cueste lo que cueste ha sido derrotada en la misma Cámara de los Comunes que semanas atrás rechazó el acuerdo alcanzado por Teresa May y que permitió la elección de Johnson como Primer Ministro. Si el Brexit se había convertido en una especie de laberinto sin salida, ahora ya es uno de los más graves problemas políticos y económicos con los que se ha enfrentado Gran Bretaña desde la abolición de la política colonial. Pero también lo es para la Unión Europea, que se niega a renegociar el acuerdo alcanzado con la señora May, que considera el único posible.

Ahora está pendiente la votación en la Cámara de los Lores de una ley contraria a la ruptura con Europa sin acuerdo, presentada por el partido laborista, lo que significaría una nueva y humillante derrota para Johnson. La única puerta abierta para resolver en parte esta crisis es una petición de aplazamiento del Brexit durante tres meses. Pero a menos que se produzca un cambio de criterio, la Unión Europea está decidida a cerrar la puerta a una nueva negociación, harta de los devaneos británicos. Las alarmas ya se han encendido en Bruselas y en cada uno de los países de la Unión. En España nos jugamos un volumen de exportaciones de casi 20.000 millones de euros, además de la disminución de turistas británicos y de las complicaciones laborales con Gibraltar.