'LÍNEA EDITORIAL'
Lecciones del caso Oxfam
"Si algo hay que exigir a quienes trabajan en las causas humanitarias con fondos privados y públicos, es responsabilidad, coherencia y trasparencia"
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La publicación en la prensa británica de varias actuaciones inmorales de algunos responsables de Oxfam en Haití, en fechas posteriores al terremoto de 2010, provoca escándalo y coloca a esta ONG inglesa, fundada en 1942, en una situación muy complicada. Máxime cuando ahora sabemos que algunos de esos sucesos fueron investigados de forma interna y silenciados conscientemente para que su imagen exterior no se viera dañada.
Si algo hay que exigir a quienes trabajan en las causas humanitarias con fondos privados y públicos, cuyo origen está en la solidaridad y el altruismo de otros, es responsabilidad, coherencia y trasparencia. Esto no impide completamente la posibilidad del mal, pero reduce su margen y permite que sea eficazmente combatido. Los hechos deplorables ahora conocidos no solo empañan el buen nombre de Oxfam sino que oscurecen la meritoria labor de tantos que trabajan de forma íntegra por los más vulnerables.
Sería injusto a todas luces que este caso sembrara una sospecha sistemática sobre el trabajo de las ONG’s, sobre sus motivaciones y procedimientos. Es una labor que atrae cada vez a más jóvenes que entregan su vida al servicio de los demás. El trabajo de las organizaciones no gubernamentales es clave tanto para la ayuda directa a los más necesitados, su promoción y desarrollo, como para la cohesión y progreso moral de una sociedad. Por eso los responsables de estas organizaciones deben garantizar que su cultura institucional responde a la elevada exigencia ideal que se les presume.