J.L. Restán | Línea Editorial

Líbano: un misterio inquietante

El pequeño y estratégico Líbano es el único país árabe realmente democrático que se basa en la división de poderes entre cristianos maronitas, sunníes y chiíes.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Después de una semana de silencio desde que anunció su dimisión desde Riad, el primer ministro libanés, Saad Hariri, ha querido deshacer el misterio que rodea su estancia en la capital de Arabia Saudita, afirmando en una cadena de televisión, que está libre y piensa volver a su país en cualquier momento. El enigma de su dimisión, 24 horas después de haber sido convocado con urgencia por el rey Salman, está provocando no pocas especulaciones en todo el Cercano Oriente. El presidente libanés, Michel Aún, considera que su primer ministro ha sido secuestrado por el rey saudí, justo el mismo día en que se anunciaba una insólita oleada de detenciones de príncipes y altos funcionarios acusados de corrupción.

Las respuestas son inquietantes. El pequeño y estratégico Líbano es el único país árabe realmente democrático que se basa en la división de poderes entre cristianos maronitas, sunníes y chiíes. Pero la presencia poderosa del partido armado Hezbolá, de obediencia iraní, inquieta a Arabia Saudí, y también a Israel. En su lucha por la hegemonía de la región, Arabia Saudita considera a Hezbola un peligroso elemento desestabilizador que Hariri, sunnita, no ha sabido ni podido neutralizar, para disgusto de la familia real saudí. Lo inquietante ahora es qué puede suceder en Líbano, un país de delicados equilibrios, el único de la zona en el que los cristianos tienen plenamente reconocidos sus derechos. Está en juego la estabilidad del Líbano, con la amenaza siempre latente de una nueva guerra civil, pero también toda aquella volcánica región, pendiente de la hostilidad entre Irán y Arabia Saudita.

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