línea editorial 29/11/2024
Un mes tras la DANA
Ha pasado un mes y el grito de quienes titánicamente siguen luchando contra las secuelas de destrucción es “¡no nos olvidéis, por favor!”
Madrid - Publicado el
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Hoy hace un mes un fenómeno atmosférico de singular potencia, una DANA, se transformó en un río de muerte y destrucción con el trágico balance de 222 víctimas y cuatro desaparecidos registrados. Fue la mayor catástrofe natural de las habidas en las Comunidades de Valencia y Castilla-La Macha, geografías que miran a un mar cuna de civilizaciones. Ha pasado un mes y el grito de quienes titánicamente siguen luchando contra las secuelas de destrucción es “¡no nos olvidéis, por favor!”. Las cifras de esta tragedia permiten palpar su magnitud: ciento ochenta mil afectados, más de setenta pueblos de esas comarcas, cincuenta y cuatro mil empresas paralizadas y pérdidas económicas de más de dieciseis mil millones de euros. Es la hora de la reconstrucción y también de sacar algunas primeras conclusiones ante la insuficiente y descoordinada respuesta de un Gobierno central incapaz de asumir sus responsabilidades y de un Gobierno regional sobrepasado en sus actuaciones.
La deficiente respuesta del Estado, solo salvada por un gran movimiento de solidaridad que ha sorprendido a todos, debe provocar una profunda reflexión sobre las competencias de los servidores públicos, la necesidad de previsión en las infraestructuras para regular los caudales en esa zona, los efectos nefastos del fundamentalismo ecológico y la obligada planificación en las ayudas que permitan un atisbo de normalidad en la vida de miles de personas. Ante catástrofes de esta naturaleza se palpan los límites de lo humano y emerge la necesidad un nuevo comienzo con una esperanza cierta, cimentada en el bien que hemos visto actuar a lo largo de estas semanas.