El momento de acometer reformas económicas

Los casos de presunta corrupción y de posibles abusos sexuales de destacados miembros de la coalición de Gobierno han provocado en los últimos días que prestemos menos atención a otros problemas que preocupan a los españoles. Uno de ellos es la de la situación económica. Esta semana hemos conocido la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre del año. Los datos de empleo son buenos si olvidamos que España sigue liderando la tasa de paro de la UE. El número de ocupados está en su máximo nivel. Crece el empleo, pero no tanto como antes.

También esta semana hemos conocido las previsiones del FMI: se estima que nuestro país crezca este año casi un 3 por ciento. Somos una de las economías desarrolladas que más crece en este momento. Nuestra economía se beneficia del descenso de los tipos de interés, de la mano de obra que proporciona la migración, de las ayudas europeas y del crecimiento que se espera en la economía de la zona euro.

Pero seguimos sin resolver problemas esenciales: al del paro se suman la baja productividad, el déficit y la deuda. El Gobierno tiene el objetivo de reducir el déficit al 2,5 por ciento el año que viene. Es un objetivo voluntarista porque no se ha concretado cómo van a aumentar los ingresos y cómo van a reducirse los gastos. España tiene una de las mayores deudas públicas de la UE. Estamos por encima del cien por cien del PIB, cuando el máximo de la zona euro es, en teoría, el 60 por ciento. El FMI advierte de que estamos ante un problema estructural y que hay que apretarse el cinturón con el gasto fiscal, y eso no se hace sin estabilidad política.