Putin dijo no

Trump y Vance organizaron una encerrona en la Casa Blanca para acorralar a Zelenski. Con Putin, a la vista de los acontecimientos, todo es muy diferente. Ya lo explicó Trump: Ucrania no tiene cartas con las que jugar. Putin, por el contrario, tiene todas las cartas. Y, además de eso, domina el tablero de juego y carece de escrúpulos morales. Putin no va a aceptar una tregua que Estados Unidos ha impuesto a Ucrania. Por el momento, solo acepta detener, por un plazo de 30 días, los ataques a infraestructuras energéticas. La prueba son los duros bombardeos que han sufrido esta misma noche diversas ciudades ucranianas, para que nadie se haga ilusiones.

A partir de aquí, todo se irá desarrollando conforme avancen las conversaciones y negociaciones entre Estados Unidos y Rusia. Ucrania se ha convertido para ambos en un objeto de negociación y ha dejado de ser un sujeto de derecho internacional. A Putin no le interesa lo más mínimo los derechos de los pueblos que no son potencias mundiales. Es imposible que el mundo sea un lugar más seguro, como ha proclamado a los cuatro vientos el banquero que en nombre de Putin negocia con Estados Unidos. El orden en el que Putin cree no es fruto del Derecho, la libertad y la justicia, sino el que brota del poder del más fuerte. Está por ver si Trump, más allá de su retórica, quiere doblar el brazo a Putin. Pero si la lógica de poder del más fuerte es la que se aplica, eso llevará al autoritarismo a las instituciones políticas de muchos países del mundo. Y esa es la verdadera batalla que, si quiere y puede, debería dar Europa.