Reducción de jornada sin los empresarios

El Gobierno ha pactado con los sindicatos promover en el Congreso una reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas. La vicepresidenta Yolanda Díaz, se ha empeñado en dar este paso cuando el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, no compartía sus prisas. El acuerdo, que no cuenta con los empresarios, tiene por delante una tramitación parlamentaria complicada. Esta misma semana Junts y PNV han dejado claro que están dispuestos a votar en contra de los cambios impulsados por el Gobierno cuando pueden perjudicar a algunos sectores empresariales.

La reducción de la jornada laboral puede ser un objetivo razonable. La jornada laboral máxima de 40 horas se puede reducir por convenio colectivo y, por eso, en España en este momento la jornada laboral media es de 37,6 horas semanales. Pero hay todavía casi un 70 por ciento de trabajadores que trabajan más de 37,5 horas a la semana. Casi todos los empleados en la industria están por encima de esa cifra.

La reducción, si prosperase, supondría una importante modificación de las relaciones laborales y de nuestra economía. Podría restar seis décimas a nuestro crecimiento. Esta medida supondría una subida indirecta de los salarios. Pero esa subida puede ser pan para hoy y hambre para mañana si no está acompañada de una mejora de la productividad. Se pueden hacer muchas cosas para mejorar la vida de los trabajadores en cuestiones relacionadas con la jornada. Pero intentar hacerlo sin un acuerdo con los empresarios es buscar un conflicto que no beneficia a nadie.