Sobre las partes

Los Reyes han regresado a Valencia. Dijeron que lo harían, y lo han hecho. En su primer viaje a Paiporta la realidad les golpeó con dureza. Toda España y todo el mundo vio las imágenes de unos Reyes concernidos por lo que veían y escuchaban. Lejos de amedrentarse, Don Felipe y Doña Letizia mostraron la humanidad propia de quien se deja conmover sin perder de vista sus responsabilidades. Ayer, en Chiva, las cosas fueron distintas. El ambiente había cambiado, pero los Reyes se comportaron del mismo modo. Su presencia y su modo de estar ha sido ejemplar. Y lo ha sido porque han sabido mostrar una verdadera actitud de servicio en un momento en el que el centro de la cuestión, la verdadera y única cuestión, son las necesidades de las víctimas de la DANA. Los Reyes han sabido estar por encima de las partes asumiendo una posición de liderazgo moral e institucional. Es verdad que esta es una de las funciones propias de la Corona, pero no lo es menos que no en todas las instituciones del Estado sus responsables saben estar a la altura de sus deberes.

La ciudadanía agradece a los Reyes su compromiso y su humanidad. Mientras, la clase política sigue mostrándose cicatera y un tanto mezquina. Es duro para un país asumir que ni siquiera en una drama como el que sigue viviendo Valencia los representantes políticos son capaces de comportarse guiados, estrictamente, por el bien común. La Corona no suple ni puede suplir esas carencias, pero su liderazgo bien podría servir de ejemplo y de puente para recuperar el tan necesario espíritu de concordia.