Línea editorial 11/11/2024
Unidad en el barro
Miles de voluntarios de todos los rincones de España han dedicado su tiempo a ayudar a los damnificados por la DANA
Madrid - Publicado el
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En medio de la devastación generada por la Dana hemos vuelto a ver, este fin de semana, un signo de esperanza. Miles de voluntarios de todos los rincones de España han dedicado su tiempo a ayudar a los damnificados. Es un motivo de esperanza porque en nuestro país lo habitual, desde hace unos años, es que todo el mundo esté dividido y enfrentado. Nos resulta difícil ir más allá de la propia ideología y sentarnos a hablar con personas que piensan de forma diferente. Pero estos días hemos visto que para muchos es fácil coger una escoba o una pala para luchar contra el lodo o para repartir comida con personas que tienen otras ideas. Y esa es una pista para superar la polarización. No somos solo lo que opinamos en política, no somos solo personas de derechas, de izquierda o de centro. El Papa Francisco ha dicho en algunas ocasiones que “el mejor modo para dialogar… no es el de hablar y discutir, sino hacer algo juntos, construir juntos”. Y eso se esté viendo en Valencia.
La muerte y la destrucción, junto a las negligencias y la falta de altura de los políticos de todo signo, provocan dolor y rabia. No podemos saber si una actuación más diligente hubiera salvado vidas y cuántas hubiera salvado. Hay que exigir responsabilidades a quien las tenga. Y, sobre todo, hay que exigir que la ayuda, que tanto se retrasó en los primeros días, llegue ahora pronto y con agilidad. Pero no es humano que el dolor y la rabia se canalicen y se descarguen solo en chivos expiatorios políticos de uno u otro signo. No es una solución a la altura del desafío provocado por la tragedia.