Y ahora, crisis en Alemania

Se vía venir: el gobierno de coalición en Alemania ha saltado por los aires. Olaf Scholz ha expulsado a los liberales antes de que estos se marchasen dando un portazo. Su idea es aguantar unas semanas con Los Verdes, tratar de recuperar algo de iniciativa política y convocar elecciones para marzo, lo que tendrá que hacer cuando pierda en enero la cuestión de confianza que va a presentar, si es que logra resistir hasta entonces. Los socialdemócratas se han hundido en las encuestas, igual que los Verdes, mientras los liberales afrontan quedar fuera del Bundestag. Friedrich Merz, con toda seguridad, será el próximo canciller, pero esto no significará una mera alternancia más. A menos que los liberales den la vuelta a los pronósticos, la CDU lo va a tener difícil para formar coaliciones. Y los democristianos están sufriendo una permanente erosión desde la derecha radical. El momento no puede ser más inoportuno.

Los ministros de Defensa de Francia y Alemania buscaban esta semana revitalizar el proyecto de la Europa de la Defensa en un momento en el que el regreso al poder de Donald Trump obliga a los europeos a empezar a emanciparse tras décadas de tutela estadounidense. Hubiera sido una propuesta interesante a presentar en el Consejo Europeo de Budapest. Macron, sin embargo, está seriamente debilitado. Scholz no pudo ni siquiera asistir a la cumbre, mientras el anfitrión, Viktor Orban, esperaba a los 27 con champán listo para descorchar por la victoria de su amigo Donald Trump.