Línea Editorial 14/12/2016

La CUP, una bomba de relojería

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La citación judicial a un alcalde de Podemos y tres miembros de la CUP, acusados de quemar unas fotos del Jefe del Estado durante la jornada del 11 de septiembre, ha puesto a la CUP en pie de guerra. Los acusados de delitos de injurias contra la Corona decidieron no comparecer ante el Juez. En solidaridad con ellos, seis destacados dirigentes de la CUP rompieron ante las cámaras de televisión unas fotos del Rey. Y ayer martes, el Consejero de Interior, Jordi Jané, y la coordinadora del PDC, Marta Pascal, se convirtieron en el centro de la diana de pintadas y amenazas de la CUP. La explicación está en las acciones que de oficio siguió la Consejería de Interior en relación a los imputados que el lunes debían declarar. La CUP exige la dimisión del consejero Jané, por haberse puesto al servicio de la Audiencia Nacional, considerada un tribunal de excepción, y de un Gobierno cuyo único propósito es detener el proceso soberanista.El estilo irreverente de la CUP no atenta sólo contra la Jefatura del Estado, sino contra todo un modelo institucional basado en la seguridad jurídica, la garantía de los derechos y las libertades y el principio de legalidad. No importan las diferencias partidistas cuando se trata de defender el orden constitucional. La CUP es una bomba de relojería, pero el resto de fuerzas políticas catalanas serán irresponsables si no son capaces de defender las instituciones, el imperio de la ley y el orden constitucional.  

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