LÍNEA EDITORIAL
La democracia en España según Pablo Iglesias
La demagogia y las anteojeras ideológicas impiden a Iglesias reconocer que es la plena normalidad democrática la que hace posible que sea vicepresidente del Gobierno
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Seguramente no existe un país en el mundo cuyo vicepresidente del Gobierno cuestione la legitimidad de sus instituciones ni la calidad de su sistema democrático. Eso es lo ha hecho Pablo Iglesias al afirmar que “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes políticos de los dos partidos que gobiernan Cataluña están uno en la cárcel y el otro en Bruselas”.
Unas declaraciones realizadas en alusión a las palabras del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien comparó el encarcelamiento del líder opositor, Alexéi Navalni, con el caso de los presos del Procés, que fueron contestadas de forma categórica por la ministra de Exteriores, González Laya, afirmando que España es una democracia plena y que aquí hay políticos que están presos, no presos políticos.
La demagogia y las anteojeras ideológicas impiden a Iglesias reconocer que es la plena normalidad democrática la que hace posible que sea vicepresidente del Gobierno. Lo que resulta anómalo es que el presidente Sánchez no exija a Iglesias una disculpa y una rectificación pública, ya que ha puesto en riesgo la credibilidad de las instituciones democráticas españolas. Que la Unión Europea haya tenido que salir a defender la calidad democrática de España ante las insidias de su propio vicepresidente no deja de ser un contrasentido.
Iglesias desconoce el significado de la lealtad institucional. Mientras siga formando parte del Gobierno, el buen nombre de nuestro país corre un serio riesgo.