Deslealtad y disparate

La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la condición de Oriol Junqueras como eurodiputado está sirviendo para confirmar algunas actitudes que crean más que perplejidad. Las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, expresan escasa lealtad al Estado de derecho y proyectan una imagen distorsionada de lo que ha sucedido en Cataluña. Según Calvo la sentencia de la Corte europea es una herencia del gobierno de Rajoy, al tiempo que se mostró dispuesta a ayudar al Tribunal Supremo español a “cumplir” la sentencia sobre la inmunidad a Junqueras, en referencia a la posición que debe tomar la Abogacía de Estado.

Sorprende que la Vicepresidenta del Gobierno en funciones haya olvidado que el poder Judicial en España es independiente del poder Ejecutivo, que el fallo europeo se produce a instancias del Tribunal Supremo español que actúa con arreglo al ordenamiento legal para asentar un procedimiento garantista, y que si Oriol Junqueras está en la cárcel es porque cometió un delito de sedición y malversación de fondos y fue condenado por un tribunal independiente, no porque lo quisiera el gobierno del PP. Carmen Calvo olvida que el partido socialista apoyó al Gobierno de Rajoy con la aplicación del artículo 155 en Cataluña por la gravedad de lo que significaba aquel golpe a la Constitución y al Estado de Derecho. Las ansias por conseguir el visto bueno de ERC a la investidura de Sánchez no pueden justificar este disparate.