Madrid - Publicado el - Actualizado
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Desde ayer se están celebrando los exámenes de la EvAU, la antigua selectividad. Hasta mediados de junio van a someterse a ese control casi 300.000 jóvenes. De estos exámenes depende, en gran medida, la posibilidad de que puedan estudiar lo que desean. Algunos no podrán estudiar aquello que habrían elegido.
Los jóvenes que han decidido realizar estudios universitarios no se lo juegan todo en el examen de estos días. Uno de cada cinco estudiantes abandona la carrera en el primer año. Y uno de cada tres no acaba la carrera que ha empezado. Esta alta tasa de abandono nos cuesta casi 1.000 millones de euros anuales a los españoles. Es urgente ajustar los estudios universitarios a la realidad, a las expectativas y capacidades de quien los comienza.
También es urgente buscar algún modo de coordinar la selectividad entre las diferentes Comunidades Autónomas. En España hay un distrito universitario único, pero los exámenes de la EvAU utilizan criterios diferentes. En Baleares se puede aprobar, por ejemplo, con trece faltas de ortografía y en Castilla La Mancha se suspende con cinco. En su momento la reforma educativa del PP intentó establecer un examen único. Probablemente es difícil de lograr algo así con las competencias educativas transferidas, pero es necesaria un mínimo de coordinación.