Iglesia perseguida, martirizada y silenciada
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este fin de semana al menos 15 personas han sido asesinadas en un ataque terrorista contra una iglesia católica en Burkina Faso. En el pueblo de Essakane, al norte del país, la comunidad católica ha sido víctima de un nuevo ataque, en lo que es un macabro cuentagotas, ejemplo, entre tantos, de una iglesia perseguida, martirizada y silenciada, ocultada por numerosos medios de comunicación como si nada estuviera pasando, o todavía peor, como si la matanza de cristianos no fuera con nosotros.
Lo cierto es que las distintas formas de persecución contra los cristianos no dejan de crecer en todo el mundo. Burkina Faso es un país devastado por la violencia que se enfrenta desde 2015 a actos de violencia yihadista que han causado ya cerca de 20.000 víctimas mortales. La situación es tan dramática que las niñas cristianas llegan a vestirse de musulmanas para evitar el secuestro. En los últimos tres años las iglesias católicas han sido blanco específico de los terroristas y decenas de fieles han sido asesinados. La Iglesia en Burkina llama a mantener la serenidad, a devolver bien por mal, como viene haciendo la comunidad cristiana a pesar de ser brutalmente golpeada, a rezar por aquellos que murieron por la fe, por la recuperación de los heridos y por el país de Burkina Faso, en su conjunto. Denunciar lo que está sucediendo ya es un primer paso para que la comunidad internacional no haga oídos sordos. Callar o banalizar los hechos porque se trata de cristianos es, simplemente, una vergüenza.