Inesperado resultado en Francia

El resultado de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas ha sorprendido. Cuando parecía que el partido de Le Pen podría acercarse al Gobierno, los electores le han dado la victoria al nuevo Frente Popular y han resucitado al partido de Macron, que se ha convertido en la segunda fuerza. Este resultado, difícil de explicar, tiene que ver con diversos factores. El sistema de doble vuelta invita en ocasiones a que los votantes en la primera vuelta escojan una papeleta con la intención, sobre todo, de protestar. Por otra parte, la alianza republicana que ha permitido retirar ciertas candidaturas del partido de Macron y de los partidos de izquierda ha funcionado.

La gobernabilidad, en todo caso, va a ser muy difícil. El Frente Popular reúne a partidos muy diferentes entre sí, que tienen poco en común con Macron. Como algunos apuntan, el resultado de este domingo no es una victoria definitiva de los valores democráticos contra el soberanismo. Los electores franceses llevan mucho tiempo dando señales de que los llamados “valores republicanos” han dejado de ser relevantes. Las fuertes oscilaciones de voto entre formaciones de extrema izquierda y extrema derecha, como la alta abstención en otras ocasiones, son la prueba de que muchos franceses no perciben la vida política como algo que requiera un ejercicio de responsabilidad conectado con sus preocupaciones personales. Parece como si el voto fuese una especie de ejercicio de desahogo. La política se convierte en un relajante de efectos limitados para suavizar las contracciones que provoca la vida en común.