Madrid - Publicado el - Actualizado
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Europa se encuentra en una de las más graves encrucijadas de su historia como proyecto de unidad. Su futuro está en juego y depende no tanto de los factores que la amenazan sino de la capacidad de sus fuerzas internas de generar un escenario de novedad. La complejidad del momento ha obligado al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a elaborar un libro blanco sobre el futuro de la Unión. El Brexit, el populismo nacionalista que emerge en algunos Estados miembros, la crisis demográfica, la gestión de la inmigración o la incertidumbre ante el repliegue de Estados Unidos con la victoria de Trump, son algunos de los síntomas de un tiempo nuevo para el que no sirven recetas pasadas. El Libro Blanco contiene una serie de propuestas que permiten repensar el proyecto común, preservar los vínculos institucionales y servir de base para la reflexión previa a la cumbre de Roma, del próximo 25 de marzo, en el marco del sesenta aniversario de la Unión Europea. Las medidas que propone obligarán a los países miembros a salir del ensimismamiento y ponerse a construir, de forma colaborativa, un modelo de Europa a la altura de las expectativas de los ciudadanos. La alternativa entre seguir como estamos o limitarnos a un mero mercado común, no es la única salida. Hacer menos pero mejor puede ser el principio de un nuevo inicio de una Europa de todos y para todos.