Línea editorial: "Afganistán: cuenta atrás para una nueva crisis humanitaria"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El próximo 11 de septiembre, a los 20 años de los atentados contra las Torres Gemelas, EE.UU. culminará su retirada de Afganistán. Y con ello arrastrará consigo a las tropas de la OTAN. El secretario de Estado, Anthony Blinken, hizo el anuncio desde el cuartel general de la Alianza Atlántica en Bruselas, un gesto que no oculta el hecho de que se trató realmente de una decisión unilateral de Washington que, con distintas Administraciones, lleva años buscando el modo de poner fin a la que es oficialmente la guerra más larga de su historia. Pero a cada avance en la pacificación le fue sucediendo una nueva crisis y Washington terminó por resignarse a mantener la presencia de tropas.
El meollo del problema es la dificultad de lograr un acuerdo entre el gobierno afgano y los talibán. A los gestos de acercamiento de Kabul, los fundamentalistas han respondido con más violencia, poniendo en evidencia la incapacidad del gobierno de sostenerse sin el apoyo de fuerzas extranjeras. Eso no significa que la vuelta al poder de los talibán vaya a ser ahora inmediata. Ni tampoco que el reloj vaya a regresar sin más a 2001, antes de la invasión norteamericana. Lo que sí se puede dar por seguro es un aumento de la inestabilidad, con el resultado de nuevas oleadas de refugiados. Ante lo cual Europa debe ir pensando en cuál será su estrategia, sabiendo que el apoyo que encontrará en la Administración Biden será, cuanto menos, limitado.