Línea Editorial: "Se avecina un invierno duro en Ucrania"

Mientras el mundo mira a Gaza, Rusia redobla sus ataques en Avdika, en las afueras de Donetsk, una ofensiva que recuerda a la de Bajmut, tanto por el escaso valor estratégico de la ciudad como por el elevado número de bajas rusas. Putin necesita recuperar la iniciativa antes del invierno, pero se ha encontrado unas defensas mejor dispuestas de lo esperado. Lo mismo, solo que a la inversa, le ha sucedido a la ofensiva ucraniana iniciada en verano, con menos avances de los deseados.

La población civil se prepara para otro duro invierno, consciente de que Rusia no tardará en volver a atacar las infraestructuras energéticas, menos preparadas que hace un año para resistir, sin importarle que la ONU haya calificado estas acciones de crimen de guerra. Lo que sí le preocupa a Putin es la inflación y la crisis del rublo. Rusia había esquivado hasta ahora razonablemente bien las sanciones, pero la situación se ha revertido, el golpe se siente en la calle y en marzo el país celebra elecciones presidenciales en un clima de descontento que podría empezar a asomar la cabeza. La capacidad de aguante de ambos bandos será clave en los próximos meses. A Kiev le preocupa sobre todo el compromiso de sus aliados, de EE.UU. y también de Europa, donde el nuevo gobierno eslovaco ha oficializado que cortará la ayuda a Ucrania. Es un síntoma del riesgo de división entre los Veintisiete que conviene atajar antes de que la grieta se ensanche.