Línea editorial: "La Iglesia como gran punto de encuentro en España"
La doctrina social ofrece un marco idóneo, en el que se pueden reconocer y encontrar a gusto personas de muy diversas ideologías
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Sin líneas rojas ni cordones sanitarios. La Iglesia en España es un actor social de primer orden con capacidad de hablar de todo y con todos. Así lo ha demostrado esta semana el Congreso Iglesia y Sociedad, organizado por la Fundación Pablo VI y la CEE, que ha reunido a personalidades políticas de distinto signo junto a líderes sociales, sindicales para debatir sobre los desafíos que afronta hoy España.
Desde “el conocimiento profundo” que tiene la Iglesia del mundo, el cardenal Omella, presidente del episcopado, destacó la necesidad de tender puentes y generar espacios de diálogo al servicio del bien común, donde quienes piensan distinto no sean vistos como enemigos, sino como potenciales aliados para crear una sociedad mejor. La doctrina social ofrece un marco idóneo, en el que se pueden reconocer y encontrar a gusto personas de muy diversas ideologías. Así ha quedado de manifiesto en este congreso.
No tiene sentido la pretensión de excluir a los católicos del debate público, siempre que no renuncien a elementos de su fe que chocan con la cultura dominante. El cardenal Omella aludió a la defensa de la familia o la moral sexual, que la Iglesia propone desde el convencimiento de que son buenas para todos. Esa claridad, a la vista está, no resta capacidad de diálogo, sino que potencia la capacidad de de los católicos como interlocutores sociales, a pesar de que, a menudo, sean un signo profético de contradicción.