Línea Editorial: "A quién le importa Nagorno Karabaj"

Después de que Azerbaiyán haya tenido a la población armenia de Nagorno Karabaj sometida a un bloqueo durante más de nueves meses, y haber desarrollado en las últimas veinticuatro horas un ataque de artillería y drones, las autoridades de Nagorno Karabaj han decidido un alto el fuego ante la constatación del nulo apoyo internacional frente a una operación que Azerbaiyán ha calificado de “antiterrorista”. Un alto el fuego propuesto por el contingente de paz ruso desplegado en la región, que hará las veces de mediador y que pretende asentar su influencia en la zona pese a los vaivenes de Rusia sobre su influencia en este territorio.

Nagorno Karabaj es una región de unos 4.400 kilómetros cuadrados emplazada en el Cáucaso Sur, un territorio en el que conviven tres Estados independientes, antes repúblicas soviéticas: Georgia, Azerbaiyán y Armenia. Una región que fue regalada por Stalin a Azerbaiyán y que en los últimos años ha estado inmersa en un proceso de autoproclamada independencia. Hay un dato que hay que tener en cuenta para analizar la trascendencia de este conflicto y las consecuencias del alto al fuego. El 80% de la población de Nagorno Karabaj lo conforman armenios de religión cristiana que conviven con los azeríes, musulmanes de tradición y lengua turca. El papa Francisco, reiteradas veces, ha pedido una solución pacífica a este conflicto. Una solución que pasa por el respecto a la libertad religiosa de los cristianos que viven en Nagorno Karabaj ante las pretensiones de imposición por parte de Azerbaiyán y de los azeríes musulmanes. La pregunta es si a alguien le importa la suerte de un lugar cuyo nombre extraño es Nagorno Karabaj, y de sus gentes.