Línea Editorial: "El triunfo de la sociedad civil"

Cientos de miles de personas han abarrotado este domingo el centro de Barcelona para clamar pacíficamente contra las cesiones que Pedro Sánchez está dispuesto a hacer ante sus socios independentistas para poder seguir en La Moncloa. En particular, el grito unánime ha sido contra la amnistía, una aberración política y jurídica, que Sánchez ha pasado de ni siquiera pronunciar a invitar a la oposición a que, en su caso, la recurriera ante el Tribunal Constitucional de Conde Pumpido.

En el deterioro institucional que venimos sufriendo, el constitucionalismo catalán se ha ido moviendo a duras penas entre el silencio mediático y el desprecio político del poder. Por eso ha sido tan relevante la masiva manifestación organizada este domingo por Sociedad Civil Catalana. El velo del silencio ha vuelto a rasgarse. Sin complejos, en la voz del exalcalde socialista de La Coruña, Paco Vázquez, ha resonado el grito y la reclamación de querer, ni más ni menos, que querer ser todos iguales ante la ley. La mayoría silenciosa que antes callaba ha decidido, legítimamente, hacerse notar, y no dejar solos a tantos catalanes que sufren el desprecio de los separatistas.

Seis años después de aquella manifestación, también de un 8 de octubre, y ahora sin los socialistas catalanes tras la pancarta, las calles se han vuelto a llenar para denunciar el blanqueamiento político de quien se atreve a pervertir el lenguaje para seguir con el engaño. Es necesario seguir gritándolo en las calles, con el mismo tono festivo y con la misma claridad, por mucho que Pedro Sánchez haga oídos sordos al clamor. Que se siga diciendo, alto y claro, como ha recordado, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que la amnistía es una cacicada impropia de una democracia y que ni la dignidad de Cataluña ni la presidencia del Gobierno están en venta.