Publicado el - Actualizado
1 min lectura
No hubo sorpresas en la segunda votación de la investidura fallida de Feijóo. Ha sido el PNV el que ha inclinado la balanza en favor del “bloque progresista”. El PNV no ha querido votar lo mismo que Vox y, sobre todo, no ha querido darle munición a Bildu para las elecciones del año que viene en el País Vasco. El PNV cabalga la contradicción: más del 50 por ciento de sus electores está en contra de la amnistía y menos del 20 por ciento se declara de izquierdas. La mayoría de los votantes del PNV no se consideran “progresistas”.
Una vez más Sánchez ha dado muestras de una falta de autocontrol que no respeta el espíritu de las instituciones. No responder al candidato a una investidura, respaldado por casi la mitad de los votos, supone rebajar mucho la calidad de la democracia.
Con el resultado de la votación es fácil hacer el discurso de las dos Españas. La España de las derechas de un lado y la España de las izquierdas y el nacionalismo de otro. En su discurso del martes, Feijóo ofreció pactos, hizo un llamamiento a recuperar el espíritu de la Transición y a superar los bloques.
Dice ese gran sociólogo que es Víctor Pérez Díaz que no estamos condenados a la guerra infinita. Los ciudadanos podemos hacer mucho a favor de un modo civil de hacer política si mantenemos la lucidez y el equilibrio, si no imitamos la belicosidad de algunos políticos ni su denigración sistemática del adversario.