Luis Argüello, nuevo presidente de la CEE

El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, toma el relevo del cardenal Omella al frente de la Conferencia Episcopal, el órgano colegiado de los obispos españoles. Para los próximos cuatro años contará con un equipo compuesto por el cardenal Cobo, como vicepresidente, los arzobispos de Oviedo, Burgos, Valencia, Sevilla y Granada, y el obispo de Getafe, miembros todos ellos de la Comisión Ejecutiva, junto al Secretario General, monseñor García Magán. Como ha señalado respondiendo a quienes interpretan esta elección con categorías ideológicas, “aquí el único bando es el del Evangelio”. No se puede identificar la presencia pública de la Iglesia en España con la Conferencia Episcopal, pero no podemos obviar su relevancia en la coordinación pastoral y a la hora de tener una voz pública ante la sociedad.

Los retos son muchos: el desafío de la secularización; el cuidado de los brotes verdes de nuevas realidades eclesiales que van surgiendo; los seminarios, las vocaciones y la pastoral familiar que, hoy más que nunca, han de ir de la mano; el protagonismo misionero de los laicos; el gran papel que sigue jugando la iglesia en la educación de tantas personas en España; su enorme labor social para responder a las diferentes pobrezas; y la atención, escucha y reparación a las víctimas de abusos, entre otros.

Vivimos tiempos recios. Cabría preguntarse si alguno no lo ha sido para la Iglesia. Como ha señalado monseñor Argüello en su primera comparecencia como presidente, la Iglesia tiene que escuchar el deseo, a veces inexpresado, de sentido, de compañía, de regeneración moral y espiritual, de encuentro y de reconciliación, que late en el corazón de las personas. Ofrecer el Evangelio encarnado como respuesta a esa búsqueda, es la principal tarea que deberán impulsar los obispos en esta nueva etapa.