El marco de la democracia

Los partidos políticos, viejos y nuevos, se encuentran en plena fase de reconstrucción ideológica cara a sus respectivos congresos. Es el caso del histórico PSOE, que además de su refundación interna se enfrenta a la tarea de definir un proyecto para España y el alcance de su propia ideología socialista en un marco de estabilidad. Igual ocurre con el propio Partido Popular, obligado a presentar en su próximo congreso un proyecto que combine las tradiciones liberal y conservadora con el humanismo cristiano, una seña de identidad que está quedando últimamente muy desvaída. En cuanto a Podemos hay que esperar a ver en qué quedan sus discrepancias internas que parecen más centradas en las ambiciones de poder.Quien ya ha despejado incógnitas es Ciudadanos al optar por denominarse “liberal y progresista”, una evocación de la Constitución de Cádiz de 1812. Conviene recordar que tanto la Constitución española como la europea, marcan los límites en los que se puede desenvolver la acción política en el marco de unos valores inalienables. Los más importantes, conviene recordarlo ahora que algunos ayuntamientos se han pronunciado contra la libertad religiosa, son el respeto a los derechos humanos, la no discriminación, la justicia social, la igualdad, y por supuesto, la unidad interna de los Estados. Fuera de este marco, no hay democracia posible sino el caos.