Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
En la semana en que se cumple el 25 aniversario del asesinato de Gregorio Ordóñez, 'Herrera en COPE' ha querido recordar el legado del concejal del PP en San Sebastián. Hemos escuchado en COPE la recreación de lo sucedido en el restaurante La Cepa, donde lo mataron, en la voz de quien entonces acompañaba a Ordóñez, su más estrecha colaboradora, María San Gil. Hemos oído también a su viuda, Ana Iríbar.
El asesinato de Ordóñez, en enero de 1995, fue consecuencia de lo que ETA llamó, con un repugnante eufemismo, la “socialización del sufrimiento”. Lo que hizo la banda terrorista fue extender el terror. Después del asesinato de Ordóñez y de lo que vino después, el 70 por ciento de los vascos reconocía vivir con miedo.
Tras la detención de la cúpula de la banda en Bidart, en 1992, ETA decidió asesinar a políticos, porque la persecución policial estaba dando frutos importantes. Dos años después de Gregorio Ordóñez fue asesinado Miguel Ángel Blanco, lo que produjo una histórica reacción ciudadana. Todo aquello facilitó la derrota de la banda, retrasada por algunas opciones políticas.
La estrategia de “socialización del sufrimiento” fue apoyada claramente por el que era entonces el brazo político de ETA, HB. Es necesario recordar ahora todas estas cosas cuando se nos quiere contar que en el País Vasco hubo dos bandos y un conflicto político. La memoria de Ordóñez, que luchó por conseguir un País Vasco en libertad, exige rigor en el relato de los hechos. Exige recordar que la memoria y la dignidad de las víctimas deben estar en el centro de cualquier fórmula política que se precie.