“Orgullosos de nuestra fe”

“Orgullosos de nuestra fe” es el lema con el que la Iglesia en España celebra este domingo el Día de la Iglesia diocesana. Se pone el foco en un problema en realidad muy antiguo: la pertenencia vergonzante a la Iglesia, quizá de manera más acusada entre la juventud. El obispo de Bilbao, Joseba Segura, subrayaba al presentar la campaña que no se trata de ocultar que hay cosas que se han hecho mal y por las que hay que pedir perdón. De ningún modo se trata tampoco de fomentar una especie de pretensión de superioridad moral frente al resto de la sociedad. Reivindicar un legítimo orgullo de pertenencia a la Iglesia es más bien un llamamiento para vivir de forma más coherente el Evangelio.

Se trata también de visibilizar que la comunidad reunida cada domingo en torno a la Eucaristía es la fuerza que sostiene una impresionante labor social, con más de 40 millones de horas de trabajo dedicadas cada año a los demás, y un testimonio que se extiende más allá de las fronteras gracias a los más de 10.000 misioneros españoles esparcidos por todo el mundo. A través de las Cáritas parroquiales, de las obras educativas o del voluntariado en centros penitenciarios u hospitales, millones de católicos dan lo mejor de sí, y otros tantos contribuyen a hacer este servicio posible gracias a su oración y a su apoyo económico. El Día de la Iglesia diocesana ofrece una ocasión inmejorable para reforzar ese compromiso y alentar a más personas a dar el paso. De entrada, dar a conocer esa labor sirve para mostrar con hechos que hay motivos para estar “orgullosos de nuestra fe”.