Línea editorial 5/05/2024

Protestas e ideología

La represión de las protestas pro-palestinas en las universidades norteamericanas plantea cuestiones que van más allá de su efecto en la campaña presidencial

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La represión de las protestas pro-palestinas en las universidades norteamericanas plantea cuestiones que van más allá de su efecto en la campaña presidencial, por importante que sea esta derivada. Hay un grave problema de censura a la libertad de expresión, entendida en su más noble acepción, que no es la de que cada cual tenga derecho a decir lo que le parezca, sino que alude a la búsqueda colectiva de la verdad mediante el ejercicio del diálogo y de la razón. Negar el derecho, e incluso el deber moral de criticar la muerte de personas inocentes en función de quién sea el autor y quién sea la víctima supone una ideologización perversa. Y esto vale para los inocentes que están muriendo en Gaza como para los israelíes asesinados por Hamás el pasado 7 de octubre. También se puede aplicar a quienes, frente a cualquier crítica al aborto en defensa del derecho a la vida, se envuelven en una bandera de supuesto progresismo como recurso fácil que les evita tener que confrontarse con el drama de la eliminación de seres humanos en el seno materno.

Se trata, en todos los casos, de amputaciones del uso de la razón que empobrecen a la sociedad y que contienen el germen del totalitarismo, porque reemplazan la verdad por el interés ideológico. En el caso de la censura a las protestas universitarias hay además una evidente torpeza. Identificar las legítimas críticas al Gobierno de Netanyahu con el antisemitismo es, al final, el mejor regalo que se le puede hacer al verdadero antisemitismo, que sale fortalecido, una trampa en el que ningún amigo de Israel debería caer.

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