Represalias contra una testigo

La declaración de la secretaria judicial Montserrat del Toro se ha convertido en objeto de burla y de mofa en las redes sociales y en los canales de comunicación a través de los que el independentismo comenta lo sucedido en las sesiones del juicio. Desde que el pasado miércoles esta testigo declarara acerca del registro practicado el día 20 de septiembre de 2017 en la Consejería de Economía de la Generalitat de Catalunya, el acoso contra su persona ha adquirido tintes de acoso y represalia.

La reacción de la Fiscalía ha sido inmediata: se investigará a quienes han atentado a través de las redes sociales contra la integridad de la testigo, han difundido su imagen y han alentado el uso de la violencia contra ella. La Fiscalía investigará también si en estas actuaciones puede apreciarse obstrucción a la justicia.

La cuestión es seria y nada tiene que ver con la libertad de expresión, sino con hechos penalmente tipificados que revisten una gravedad que no puede ser pasada por alto. En los medios de comunicación el independentismo carga contra el juicio, pero ninguno de los abogados que ejerce de tertuliano se atreve a traspasar los límites que sí se saltan los hooligans que pueblan las redes. Por eso se hace necesario que ninguna conducta penalmente reprobable quede sin castigo. Ser independentista no exime a nadie de observar las reglas propias de la Justicia.