Línea Editorial | El reto de la reconstrucción

El terremoto que ha golpeado la zona del Atlas en Marruecos pone a prueba a toda una sociedad y al régimen político del país. Una parte considerable de los daños personales y materiales tiene que ver con la situación de pobreza de la región afectada. Las construcciones son de baja calidad y ofrecen poca seguridad.

Miles de personas siguen pasando la noche al raso. Las temperaturas siguen siendo benignas, pero pronto comenzarán las lluvias y el frío. Y es muy probable que los que se han quedado sin techo se conviertan en desplazados internos sin ayuda para comenzar una nueva vida. El régimen de Mohamed VI se enfrenta a al importante reto de la reconstrucción. Marruecos ha experimentado en los últimos años un notable crecimiento, pero las desigualdades sociales son abismales. Hay una reducida clase de personas muy ricas, mientras que esa riqueza no se ha traducido en desarrollo efectivo para muchos.

Aunque en Marruecos las fórmulas más integristas del islam permanecen bajo control por parte del Estado, la precariedad y la pobreza que genere el seísmo pueden ser aprovechadas por organizaciones radicales. Es sabido que, en otros países, estas organizaciones se han extendido gracias a su capacidad para proporcionar ayudas con gran capilaridad social.