Línea Editorial 31/01/222
Somos comunidad
El deporte nos ha vuelto a dar una satisfacción nacional. Rafael Nadal, con 35 años, ganó ayer la final de Australia y se ha convertido en un tenista que ha hecho historia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El deporte nos ha vuelto a dar una satisfacción nacional. Rafael Nadal, con 35 años, ganó ayer la final de Australia y se ha convertido en un tenista que ha hecho historia. Nadal, que no sabía si competiría de nuevo hace un mes y medio, mostró su capacidad de remontar, de luchar hasta el final. Españoles de cualquier sensibilidad nos hemos reconocido en un gran tenista, en una persona humilde, educada, muy esforzada, generosa con sus rivales. Una victoria deportiva nos ha servido para darnos cuenta, otra vez, que hay un “nosotros” español.
En esta sociedad intensamente polarizada la conciencia y el sentimiento del “nosotros”, de ser una comunidad, es importante. La vida política a menudo traslada la imagen de que la unidad social es imposible. Vivimos, además, en un mundo inestable, y las fuentes tradicionales que generaban comunidad se han ido reduciendo.
Las exhortaciones morales para recuperar una mínima unidad social no son suficientes. No podemos recuperar el sentido de comunidad simplemente invocando principios. Las comunidades fuertes son aquellas que se conciben como un proceso, como un lugar en el que se produce una conversación permanente sobre las razones y los proyectos que se comparten. Una comunidad nacional es fuerte cuando sus miembros se sienten dependientes los unos de los otros.